Desde
hace algún tiempo, todos los días nos desayunamos con sentencias sobre
patentes entre las grandes
compañías de tecnología y, últimamente, se producen especialmente entre
los fabricantes de teléfonos móviles y tablets (léase Apple, Samsung,
HTC...) Sin embargo ayer se dio a conocer una noticia bastante positiva
en forma de
sentencia a favor de una pequeña empresa española que ha conseguido batir ni más ni menos que a Apple en los tribunales.
Es
un tema para indignarse, todo el mundo peleando y tratando de demostrar
que patentes ha infringido el otro, bloqueando la venta de dispositivos
en los mercados de tal o cual país, firmando acuerdos para ceder parte
de los beneficios de las ventas en concepto de uso de cierta patente...
Al
final el perjudicado es el usuario final. Todas estas batallas
judiciales de coste incalculable deben terminar repercutiendo en el
precio de lo que compramos ¿no? Es más,
HTC paga 5 dolares a Microsoft por cada terminal Android que vende. También podríamos hablar de que no se pueda
comprar ciertos cacharros de Samsung en Alemania y Holanda.
Pero que nadie cante victoria antes de tiempo, donde las dan las toman y
Apple se está ganando unos cuantos enemigos que ya están
contraatacando.
Si nos situamos como espectadores podemos
deducir que Apple saca pecho diciendo que han inventado algo que
tecnológicamente estaba años por delante de sus rivales. Sus demandas se
basan en la presunta copia de esta tecnología, o sea, se basan en que
el futuro es suyo gracias a sus ideas avanzadas (y registradas) pero...
¿que hay del pasado? El pasado reciente es de otros y ahora mismo se
enfrentan a demandas por el
uso de tecnologías 3G y
otros aspectos básicos de telefonía móvil.
Es una guerra sin ningún sentido y las compañías demandantes/demandadas se ven hasta obligadas a
comprar compañías poseedoras de patentes.
Quizá sea esto lo más vergonzoso: nada impide a una pequeña compañía
incapaz de desarrollar una tecnología el poder patentarla. Después sólo
hay que esperar a que a alguien le interese y compre dicha empresa o que
algún incauto "infrinja" la patente y haga dinero con ella. Para
ilustrar este caso basta decir que recientemente Zynga, la creadora de
la archiconocida FarmVille,
fue demandada por una desconocida empresa de Texas por el uso de tecnologías de pago en juegos.
Es
evidente que si parece haber unos ganadores en todo esto, como mínimo
los bufetes de abogados, al menos siempre cobran por representar a los
fabricantes. A unos cuantos les conviene que se prolongue esta pelea
barrio bajera en el tiempo y en el espacio. Lo primero lo tienen
asegurado debido a la animadversión entre los rivales que hay en el ring
pero lo segundo no está tan claro. Me explico, si hay un paraíso donde
hincharse a repartir mamporros legales de lo lindo, ese es EEUU. De
hecho los interesados en todo esto están intentando replicar este modelo
en Europa, desean un
tribunal único europeo
que vele por las patentes. De conseguirlo, estas "pequeñas" batallas
legales que, por ejemplo, prohíben la venta de un producto en un
determinado país y que se libran por tanto a nivel nacional, tendrían
ámbito europeo: se bloquearían ventas a nivel comunitario.
Debe
quedar claro también que esto no repercute simplemente en productos
tangibles. Estas artimañas también se intentan llevar al mundo del
software, con diferente éxito según el país. Es bastante probable que al
instalar un sistema operativo Linux no puedas reproducir ciertos
formatos de video o audio al no haberse incluido los codecs necesarios.
Hay otros formatos de carácter libre pero en la práctica no son tan
extendidos y al final todos necesitamos ir a parar a los habituales. De
nuevo es sólo un ejemplo, pero esto da a entender la cantidad de tiempo
que pueden llegar a perder los desarrolladores de software en sortear
ciertas barreras (con forma de patente) para llevar a término su
trabajo.
El peligro, al final, es llegar a un estado de
medievalismo tecnológico en el que estemos estancados debido a las
dificultades para innovar. ¿Para qué crear algo si después me la van a
tumbar en un juzgado? Da igual que sea de interés general o sin ánimo de
lucro, ya que se impediría el lucro de alguien que tiene una patente
que afecta a una pequeña parte de tu trabajo.
No quedan muchas
armas para combatir a un rival tan poderoso. Lo primero es intentar
frenar su expansión, expresándonos en contra del tribunal europeo de
patentes. En el peor de los casos, una vez lanzado un litigio siempre
queda el concepto del arte previo que básicamente consiste en demostrar
que alguien ya había pensado con anterioridad en lo que otro ha
patentado y, por tanto, es de dominio público. Cuando esto se produce
tiene su gracia, es algo así como darle una bofetada a un listillo y
decirle "¿Ves? no eres tan inteligente como creías" Recientemente vimos
como Samsung utilizaba una
secuencia de la pelicula 2001 para demostrar que Apple no había sido la creadora del diseño del iPad.
Otro ejemplo de esto ocurrió hace unos pocos años cuando en un juicio entre RedHat/Novell e IP Innovations LLC, se recurrió a un
Amiga 1000
para demostrar que allá por el año 1986 ya había un ordenador capaz de
manejar diversos escritorios y que además usaba ciertas características
en ellos que correspondían con otras dos patentes.